Se trata de una lucha permanente contra una enfermedad que cada vez se hace más visible y más pública, y también más riesgosa para mujeres de diversas edades que un día en la intimidad de su ducha o durante su examen ginecológico descubren algo en sus senos que puede cambiar sus vidas.
Sigue los pasos al hacerte el autoexamen:
Primer paso: Con los brazos al lado de la cadera, observa cambios en la piel, la forma y tamaño de los senos.
Segundo paso: Con las manos detrás de tu cabeza y los codos hacia delante, observa si hay hoyuelos, pliegues en la piel o algún cambio en la superficie de sus senos.
Tercer paso: Con las manos sobre la cadera y presionando, observa si hay retracción en el pezón o algún cambio en la forma de tus senos.
Cuarto paso: Palpa tus senos haciendo pequeños círculos en la dirección de las manecillas del reloj para detectar alguna masa o secreción en el pezón. Repite el paso en el otro seno.
Quinto paso: Examina, también con tus dedos, cada axila en la búsqueda de una posible masa.
Sexto paso: Repite acostada los pasos 4 y 5 para buscar posibles masas. Obviamente, ante la presencia de cualquier signo de alerta se debe acudir de inmediato al médico especialista.
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